Este es un pequeño vídeo en el que sobre una imagen aérea de El Bosque de 1956-1957 se va superponiendo otra de 2013. Las imágenes van acompañadas de una explicación sobre los cambios más significativos en la vegetación de nuestro entorno.
- Destaca como aspecto negativo la desaparición de los quejigos que cubrían buena parte del Lomo de Enmedio. En 1989 en esta finca privada, que se encuentra dentro de parque natural, se arrancan nada más y nada menos que 354 de estos árboles, cuatro acebuches y una encina, todos de gran porte. No se habla de los arbustos arrancados, seguramente fueron muchísimos.
- Como aspecto muy positivo la repoblación de nuestro monte público Albarracín, que en 1957 parecía un desierto.
Ambos hechos nos deben hacer reflexionar sobre lo pronto que se puede destruir un bosque, siempre protector y benefactor y la enormidad de tiempo que ha de pasar para su recuperación.
La edición impresa del periódico ABC del 6 de enero de 1989 (página 30) recogió la noticia de la denuncia por parte de la Agencia del Medio Ambiente del arranque de los árboles en el Lomo de Enmedio.
Transcripción: La dirección provincial de la Agencia del Medio Ambiente en Cádiz ha denunciado el arranque indiscriminado de árboles llevado a cabo por la finca "Lomo de Enmedio", en el término municipal de El Bosque, propiedad de José Manuel Pascual Ortega. En dicha finca se observaron gran cantidad de árboles arrancados con máquina pesada, entre los que se encontraron 354 quejigos, cuatro acebuches y una encina con troncos que oscilan entre los 20 y los 55 centímetros de diámetro y los cuatro y diez metros de longitud.
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Monte Albarracín, El Bosque (foto de archivo realizada para el estudio previo a la reforestación de 1958). |
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El Bosque, en la ladera del Monte Albarracín, 1985. |
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El Bosque en la ladera del Monte Albarracín, 2005. |
Hasta entrada la década de 1930, el monte Albarracín estaba cubierto en
su totalidad por encinas y quejigos, pero debido a un intenso carboneo
son arrasadas 271 hectáreas. El suelo margoso y margoso calizo, las fuertes pendientes y las lluvias
torrenciales forman una combinación que unida a todo lo anterior hace
que la erosión sea intensísima. El embalse de los Hurones, que entró en servicio en 1958, situado a 4 km corría el riesgo de colmatarse rápidamente. Se impone la necesidad de realizar la repoblación del monte ante los daños producidos y que irían agravándose con el tiempo. Gracias a ella, hoy en día disfrutamos del carácter protector global de este
monte; incluyendo la recarga de acuíferos y el suministro de agua del
pueblo. No debemos olvidar la biodiversidad y el valor paisajístico de
un monte bien conservado.
Para ampliar esta información no deber dejar de leer la entrada de este blog "Un siglo de historia del monte Albarracín".
Muchas gracias por tus comentarios, Francisco. Saludos.
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